Normalmente se asocian las enfermedades con consecuencias debidas a una determinada conducta inapropiada por parte de quién las padece. Sin embargo, el desarrollo de la teoría psicosomática ha permitido entender a las personas que la enfermedad no es por sí misma una consecuencia, sino que es además un lenguaje que utiliza la vida para manifestarse en la realidad de la persona.

Por lo general, se suele disociar el origen de las enfermedades, haciéndolas ajenas a la realidad de las personas, dejando el análisis reducido a la visión de causa y efecto en términos físicos.

Para entender mejor el planteamiento de la medicina psicosomática, puede centrarse uno en cinco aspectos diferentes para abordar el diagnóstico de la enfermedad:

 

  • Identificar el significado de un síntoma no implica determinar una causa
  • La psiquis tiene sus propias leyes, al igual que la física
  • Una causa determinada no se explica con un trastorno específico
  • Que no se pueda ver un significado en la enfermedad no implica que esté ausente
  • Si se transforma el significado de la enfermedad se puede transformar el signo que la representa.

En este sentido podemos resumir el transcurrir de las enfermedades como la información que es transmitida a través de la materia que representa el cuerpo. Lo sustentamos no solo en los planteamientos de la teoría psicosomática, sino también en los planteamientos de la física contemporánea que las dos realidades del Yo se manifiestan de manera complementaria en el cuerpo y en la psiquis del paciente, de modo que lo que no se manifiesta en el cuerpo tiende a manifestarse psíquicamente y viceversa.