Para sentir que una enfermedad nos altera la vida es necesario que experimentemos síntomas( que pueden ser dolores, molestias, incapacidades y también preocupaciones) o en su defecto que aceptemos como cierta la noticia de que estamos enfermos , pero ademas es necesario que los síntomas o la noticia adquieran suficiente importancia (para nosotros o para las personas que mas nos importan) como para obligarnos a interrumpir el curso habitual de nuestra vida. Reparemos en que lo característico de los síntomas es que el medico no los percibe, sino que se entera de su existencia por aquello que el paciente le relata. Lo que el médico percibe, a partir de lo que sabe, constituye lo que denominamos SIGNOS.

Los signos pueden existir sin síntomas, y cuando el enfermo se entera de su existencia, suele ser a través de la comunicación del médico. Cuando una enfermedad nos altera la vida, deseamos encontrar un camino de vuelta a la salud y, afligidos por esa circunstancia, solemos preguntarnos como llegaron las cosas a ese punto, dado que, aunque no siempre se puede volver por el mismo camino por el cual se ha llegado, sucede que, como en las autopistas hay algunos lugares del recorrido donde se nos otorga la oportunidad de volver.